miércoles, 6 de enero de 2010

Mi regalo de Reyes

Quiero poner mi granito de arena con una reflexión que por compleja y simple a la vez no me he atrevido a conceptualizar sobre el papel, ahora me animo esperando que sea un pequeño regalo de Reyes, un regalo de nacimiento para todos los que lo lean y una esperanza para el próximo año:

Siempre me ha costado trabajo asumir la creencia de las reencarnaciones, para mi cuando digo que Dios es la Energía y que SOMOS TODOS una UNIDAD, es así, sin limitaciones.


Si asumimos las reencarnaciones estamos encerrando un cachito de alma en una materia cambiante , estamos encorsetando al TODO. La materia es energía a una determinada vibración, el alma es energía en una vibración más elevada, TODO es energía. Compartimos emociones, sentimientos y formas de actuar de todos nuestros ancestros. Muchas veces me había imaginado que los recuerdos a la vez que las grandes emociones ante sucesos traumáticos, se grababan en nuestro ADN  de alguna manera. Ya hay muchos científicos que lo aseguran,  los recuerdos de nuestros antepasados, las emociones más primitivas se graban en nuestro cerebro más primario, en el hipotálamo y en el sistema límbico, así es como en nuestro cerebro encerramos tanto el aprendizaje para la supervivencia como multitud de sentimientos y de emociones. Desde nuestros antepasados primates, pasando por grandes líderes y por pequeños ciudadanos se han ido grabando esas emociones negativas que algunas veces hacen que repitamos en nuestras vidas unos esquemas fijos, sin salir del círculo, porque pensamos que nos viene de fuera, que estamos indefensos y a la vez nos sentimos culpables por ello.


Con esta forma simple de pensar se acaba de un plumazo con la creencia de un DIOS, con el pecado, con el demonio. Todos somos el TODO. Y como en una obra musical de jazz, cada instrumento vibra de una determinada forma, la misma importancia tiene un golpe de timbales que un sonar de platillos, un llanto de saxo, o un reproche de trompeta, la misma una nota desacorde que nos parece que desafina pero que inmediatamente es arropada por otro instrumento y la hace bella, se hacen bellas a la vez. Todos tenemos emociones que nos hacen desafinar pero que nos da la oportunidad de cubrirla con un manto de amor y hacerla vibrar más brillante que nunca.


Nuestras pautas de comportamiento, grabadas: odio, celos, rencor, miedo están ahí desde hace miles de años y nosotros tenemos la grandeza de poderlas afrontar sin culpa, pertenecen a todos y a cada uno de nosotros como un nudo que nos entorpece el paso de la energía fluida y nos dificulta la consecución de una vibración más elevada. Pero ahí están, cada uno de nosotros sabe muy bien cuales son y hacen que siempre demos una respuesta similar en cada situación vivida, una y otra vez porque no la hemos afrontado como nuestra, sino como algo que nos viene de fuera.
Por eso es muy importante que nos revisemos muy interiormente, que nos asomemos al espejo de nuestras vidas y las identifiquemos. Desde allí y sabiendo que no somos culpables sino que somos un mero transmisor de emociones, cambiémosla, hagamos la transmutación de rencor a perdón de miedo a valentía, de odio a amor. Hagamos que nuestro cuerpo y alma vibren de forma más elevada y dejémosle a nuestros descendientes este hermoso regalo, impulsemos nuestra consciencia.
Os deseo mucha luz y mucha valentía para poderos ver y para que sepáis distinguir estas pautas de comportamientos que tienen su base en las emociones que están en nuestro cerebro, que no nos pertenecen sólo a nosotros,  pero sí nos corresponde ahora identificarlas, borrarlas y elevarlas al más grado nivel de vibración posible, al AMOR.




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