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Es precioso poder sentir que nuestras células no tienen como frontera la piel que envuelve nuestro ego.
Proporcionalmente, existe más distancia entre el electrón y el protón de un átomo que entre un cuerpo y otro, entonces ¿por qué sentirnos aislados si somos una sola cosa que vibra acordemente? Es muy hermoso sentir que tu resonancia se expande, va más allá del cuerpo físico y se mezcla con la hierba y con las nubes, verdaderamente merece la pena perder la noción del ser individual y confundirse en el TODO, aunque, por ahora, sólo sea por breves instantes.
De igual modo me pregunto: si formamos un TODO armónico en lo
físico, ¿ por qué no pensar que también formamos un todo en lo MENTAL?
Una
sola mente, que lo envuelve todo a través del tiempo y del espacio, una
consciencia colectiva a la que nuestros torpes sentidos quieren atrapar
en un pequeño cerebro, nuestro pequeño cerebro presente.
Imaginemos que
al igual que los átomos que forman lo físico, nosotros somos como
neuronas que interactúan formando una gran MENTE.
Es fundamental para así sentirnos en cuerpo y mente pertenecientes a un todo, sin fronteras de tiempo ni de espacio. Si fuésemos capaces de tener esto presente, se acabarían las guerras y los odios, las desigualdades, los rencores, los temores y la culpa.
Entonces simplemente seríamos...más felices.
¿No crees? |
martes, 8 de marzo de 2011
PURA FÍSICA CUÁNTICA
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